Una de las bendiciones que he recibido de Dios fue darme cuenta del don de enseñar. Cuando fui estudiante universitario jamás paso por mi mente ser profesor universitario, hoy entiendo que los planes de Dios son perfectos, ya que pude darme cuenta en el momento exacto de mi vida.
Había tenido la apreciación de mis profesores y la invitación que me hacían para poderme involucrar en la docencia. Fue en el momento exacto de mi vida, el aceptar sin ninguna presión e involucrarme en este reto tan importante para la vida de muchos jóvenes y sobre todo la responsabilidad hacia la universidad y el país.
Hasta el día de hoy continúo formando jóvenes y ya forma parte de mi vida en donde busco la excelencia en todo momento.
Estas son unas breves palabras de las muchas experiencias que compartiré con ustedes.
Escrito por Gustavo G. Godoy