La esperanza y la ilusión de avanzar, soñar vale la pena, no hay que perderla. Volver a un sitio y observar que el airé se siente diferente y para bien, es lo mejor. Necesitamos historias en que creer para no desesperarnos, ahí es donde surge la oportunidad de tomar un libro y adentrarse a mundos desconocidos. Los cuentos de hadas son perfectos, pero no siempre será así. La ficción también puede tener su caos y finales no felices. La crónica es la transparencia a la realidad, si se alteran las palabras habrá un riesgo.
En la realidad lloramos y tropezamos, pero no debemos darnos por vencidos. Hay muchas oportunidades para salir adelante, dependerá de actitud y fuerza para avanzar. La formación es parte fundamental de la vida; mientras una persona más preparada este o tenga conocimiento profundo de un tema, le será fácil poder dialogar y compartir con otras personas conocedoras. Esto brinda una oportunidad para razonar y proponer nuevas ideas, impulsar debates y diálogos, una necesidad en Guatemala, la región centroamericana y a nivel mundial.
No todas las personas tienen la apertura para debatir o dialogar, en muchos casos los abruma la timidez y en otros casos el silencia de quedarse callados. La inteligencia surge a raíz de involucrarse en estos movimientos y te un interés personal.
El miedo, un efecto paralizador.
Es difícil pensar y al día siguiente las cosas cambian; tocará volver a pensar. Leer cosas tristes y difícil, esperamos que no sucedan.
El tejido del dolor es parte importante de la historia, un tejido sucio o limpio, un tejido roto o intacto. Simplemente un tejido.
