El amor a la lectura

Lograr coincidir en el tiempo y espacio perfecto para enamorarse de lectura es una de las cosas perfectas que te pueda pasar en la vida. Lastimosamente muchas personas no han tomado en sus manos un libro; solo con pensarlo me da un tristeza inmensa.

Todos tenemos la oportunidad de enamorarnos de la lectura, coger un libro (cualquier categoría literaria) y adentrarse a ese mundo desconocido y apasionarse por aprender, a descubrir nuevas pensamientos y crear argumentos propios.

En el camino se descubre la categoría literaria que le apasiona o que le llama la atención, existe diversidad de libros y autores; existe un abanico finito de posibilidades para tomar la decisión y eso debe ser de forma individual que nadie imponga que leer.

Volviendo a la infancia normalmente nuestros padres son los primeros que nos imponen nuestras lecturas; puede ser la una excepción, conforme una crece y aprende ya debe seleccionar sus propios gustos, pero ya que alguien exija que deben leer es algo que atropella en todo sentido la libertad del individuo y de su decisión al dejar adentrar conocimientos a su mente.

Descubrir por nuestros propios medios lo que deseamos leer es lo idóneo. Al hablar de los lugares donde se puede leer va a depender de cada persona, en lo personal me encanta disfrutar de mis lecturas en espacios acogedores, silenciosos, con armonía positiva y sobre todo acompañarlo con un buen café, chocolate o té.

No soy de las personas que tacha los libros, en alguna ocasión confieso que lo he hecho. Muy frecuentemente utilizo post-it . Me encanta leer y son un lector empedernido.

¿Te gusta leer?

¿Qué libro estás leyendo en este momento?

¿Cuál es tu libro favorito?

¿Qué lugar prefieres para leer?

¿Qué autores son tus favoritos?

¿Qué categoría literaria prefieres?

¿Amas leer?

¿Siempre tienes un libro a la mano?

Estas son algunas preguntas que me gustaría realizarte para que descubras el amor que tienes por la lectura. Tu interesante de este ejercicio es que tu mismo descubrirás si amas leer.

Escrito por Gustavo Godoy.

Ir arriba