Tres puntos relevantes:
- Los inversionistas que tienen excedente de liquidez encuentran en los bonos verdes una opción en términos de estructuración de portafolio de más largo plazo, que les proporciona buena rentabilidad y tranquilidad por la trazabilidad del impacto ambiental de los proyectos financiados. Otro aspecto que atrae, es el hecho de que tienen calificación ‘AAA’, muy poco riesgo y pagan entre 1.5 y 3 puntos por encima de indicadores como la inflación.
- Las instituciones que se lanzan a la emisión de este tipo de productos consiguen beneficios muy atractivos ligados a la responsabilidad social corporativa, como oportunidades de diversificación y ampliación de la base inversionista. Los emisores ganan diferenciación entre empresas y una mejora significativa de su imagen corporativa y en su reputación.
- Para quien los bonos verdes presentan un riesgo relativamente controlado. Hay apetito de los inversionistas por estos papeles, que pueden apalancar desde proyectos del sector privado hasta planes de gobierno de gran envergadura, y sobre todo existen reportes contantes de monitoreo para ambas partes.